La Radiofrecuencia facial se utiliza principalmente para tratar la laxitud cutánea estirando la piel del rostro, siendo el procedimiento más adecuado para los pacientes con leve a moderada flacidez de los tejidos faciales, por lo general las personas de más de treinta y cinco años.
La radiofrecuencia facial consigue definir el contorno de la cara y de los ojos, reducir la papada, disminuir bolsas y ojeras, alisar arrugas, así como mejorar el aspecto general de la piel como luminosidad, jugosidad y cierre de poros.